CUANDO MUERE UN SER QUERIDO
¿Se le ha muerto un familiar o un amigo muy querido? Parece imposible aguantar el dolor, la tristeza y la desesperación de no poder hacer nada. Es entonces cuando más necesitamos el consuelo de la Palabra de Dios (2 Corintios 1:3, 4). La Biblia nos permite conocer lo que sienten Jehová y Jesús con respecto a la muerte. Nos muestra el dolor que sintió Jesús al perder a un ser querido, y sabemos que él reflejaba a la perfección la personalidad de su Padre (Juan 14:9). Cuando iba a Jerusalén, solía visitar a Lázaro y sus hermanas, María y Marta, que vivían en la cercana ciudad de Betania. Los unía una amistad tan estrecha que la Biblia dice que “Jesús amaba a Marta y a su hermana y a Lázaro” (Juan 11:5). Pero Lázaro murió, como vimos en el capítulo 6.
¿Cómo se sintió Jesús al perder a su amigo? El relato muestra que fue a visitar a los parientes y amistades de Lázaro, quienes lloraban su muerte. Al verlos, se sintió muy conmovido. “Gimió en el espíritu y se perturbó” y luego “cedió a las lágrimas” (Juan 11:33, 35). ¿Por qué se afligió tanto? ¿Acaso no tenía ninguna esperanza? Todo lo contrario. De hecho, Jesús sabía que algo maravilloso estaba a punto de ocurrir (Juan 11:3, 4). Pero aun así, sintió el dolor y la pena que produce la muerte.
En cierta forma, el que Jesús sintiera tanto dolor nos da ánimo. Nos enseña que tanto él como su Padre odian la muerte. Además, Jehová tiene el poder necesario para combatir a este enemigo y derrotarlo. Veamos el milagro que hizo Jesús con el poder que recibió de Dios.
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